Titular del proyecto:
En un contexto marcado por la mercantilización de la cultura, las políticas tendientes a la protección de los bienes y manifestaciones culturales, tienen un alcance limitado en un contexto donde se generan leyes que no permiten identificar a los agentes reales que convierten a la cultura y sus sujetos en objeto de explotación. Nuevas iniciativas jurídicas -dirigidas a evitar la apropiación indebida- otorgarían un estatuto legal a prácticas que implican otras formas de inequidad que no se advierten en el esquema vigente. Ello se debe a que -como sucede en el ámbito económico- la única limitación que se impone a las empresas que buscan usufructuar los bienes que resultan de un uso cualitativamente diferencial del patrimonio, es la ?equidad? distributiva de la ganancia, sin tomar en cuenta la diferencia que marca la apropiación -no declarada- del valor simbólico de los bienes culturales y su naturaleza, mas que en su dimensión cuantitativa como valor económico. Ello contribuye a crear la ilusión de que se consuma por fin, una forma de conciliación entre los objetivos del mercado y la cultura. Con lo que se tiende a fortalecer el domino del capital en el ámbito de la cultura y el patrimonio.